Ojo mitad rojo

La fuerza de los quince

adolescencia de mucha palabra

mucha página

mucha identidad

imagen y capas

en el rincón de la cama de una plaza

en las paredes ocultas y vacías

brillan todos los afiches

dando una fachada alegre

por la inquietud colorinche

de cubrir sin antes descubrirse

que desde muy temprano

terminaron olvidados en la basura

como evadiendo

e ignorando a la vez el proceso

para volver a escarbar una y otra vez

en la decoración de sus portadas

en el exceso de placer

de colores

de sudores

y en negro

como domingos en la blonda

que era una misa

resuena sin color

sin prisa

sin gloria evasiva

al menos tres pisos más abajo

de la calle principal

se hace del encuentro

igual fuera de lo virtual

un baile que dura toda la tarde

que el fotolog

que el correo

pídeselo

y que quede bien escrito

que al salir la noche

no se pierda el papel

no se olvide el nickname

tampoco la sed de abrazar y

obviar la opresión

adolescente, en ese entonces

da igual, como muchos humos

que fluyeron en boca de todos

les dejaba la nariz helada

por no ir de frente

esconderse en blanco

y envolverse sobre una fachada

que morir por ese gozo incierto

al salir de noche

da igual,

fumar la espesa oscuridad

melodía underground

que no deja de lado el maquillaje

que el disfraz de mil sabores

que el hedor del uniforme

que se turna y desforma el universo de verdades

y es burlado también,

como si fuera una propaganda

que se escucha tarde

para que salga de pronto

como el sol que nadie escucha

pero ahí viene

y es necesario recurrir a momentos

si son o no una miseria

a las balas que no duelen

a las dudas que terminaron por movilizarse

que maduraron como semillas

desde el cemento terco.