Carencias


David Fernández

Los enormes rosales se marchitan y es la ausencia de la mágica lluvia que incita la triste y fatal sequía, causando lenta y dolorosamente la muerte de todo lo colorido:

todo lo exuberante, lo vívido.

Mañana las espinas abundarán y solo el paso inminente del tiempo le devolverá la gloria y esplendidez con la cuál gozó durante su existir.

Los jardines se apagan poco a poco al igual que el fulgor de tu sonrisa. Las lágrimas que caen por tus mejillas recuerdan esa lluvia tormentosa que marcaba la muerte del invierno; de la noche fría y el nubloso día, dejando la tierra vacía e infértil al igual que el corazón del amante que lo ha perdido todo en el intento de encontrar la felicidad eterna.



Ilustración: Selene HePé