Las moléculas
Víctor H. Orduña "Shamir"
Nos enseñaron
a medir los gramos olvidados,
a fumar puro bajo el sonido violeta
de algún chelo cristalino,
a distinguir el ceniciento color
de las almendras,
y
a clasificar el llanto
de los cocodrilos.
Ellas hicieron un pacto con nosotros,
el día que estallaron los saturnos,
con tal de vernos en silencio,
con tal de prendernos las hojas,
y
de mostrarnos el fuego matemático
que redondea las íes.
Escaparon de su vaso,
exultantes,
cargadas de energía,
saltaron en nuestros sesos
como quien martilla las teclas de un árbol,
como quien febrera los eneros,
como quien nace a la vez en distintas materias.
Moléculas seductoras
que se fisionan sobre apagados neones,
moléculas protagonistas
que inventan juegos nocturnos,
moléculas engañosas
que se contorsionan
entre mareas miniatura.
Si las miras desde dos ríos,
se tornan invisibles,
y comienzan a irradiar demencia,
una demencia amarillosa con olor
a pulserías,
una demencia incurable.
Las moléculas nos enseñaron
que si atas tu lengua en el tobillo,
se neutralizan los poemas.
que si divides tu ojo izquierdo en parte iguales,
se reprograman las historias.
Ellas inventaron
los químicos matrimonios,
las dialécticas travesuras,
el método ficticio,
la cuadratura del uno,
el cuestionario de los dioses,
las adivinanzas de frambuesa
y el botón que nos excita el espíritu:
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